LA REELECCIÓN BOLIVARIANA DE EVO MORALES

Siguiendo el modelo bolivariano ya aplicado en Venezuela, Argentina y Ecuador, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia ha abierto las puertas para la tercera postulación de Evo Morales a las próximas elecciones generales bolivianas, buscando así perennizar el “Socialismo del Siglo XXI” en Bolivia.

La resolución de Sala Plena 003/2013 del Tribunal Constitucional boliviano, permitiendo la reelección de Evo Morales, responde así a la consulta sobre la “Ley de Aplicación Normativa” hecha por Álvaro García Linera, Vicepresidente, Presidente de la Asamblea y eminencia gris de Bolivia.

El Tribunal Constitucional determino en su declaración que la Asamblea Legislativa posee “poder constituyente derivado” y que por ello es constitucional aprobar la ley de desarrollo constitucional sometida a consulta por García Linera.

En segundo lugar, indicó que habiendo sido Evo Morales elegido Presidente por segunda vez después de la dación de la nueva Constitución del 2009, debe considerarse que esa elección constituye la primera bajo la mencionada Constitución, pues no siendo la ley retroactiva, el plazo debe computarse a partir de la nueva Constitución del 2009, pues ella instauró una “nueva era jurídico política” y la “refundación del estado”.

La nueva constitución pone el marcador en cero, por decirlo de alguna manera. Todo plazo se inicia con la vigencia de la Constitución del 2009 y no toma retroactivamente en cuenta la anterior. La nueva constitución fue aprobada con el 61.43% del voto, siendo la concurrencia electoral del 90.24%, entrando en vigencia el 7 de febrero del 2009.

Diez meses después y bajo la nueva constitución, Evo Morales fue elegido Presidente el 6 de diciembre del 2009 con el 64% del voto. El Tribunal Constitucional ha fallado que esa fue su primera elección bajo la Constitución del 2009. En consecuencia, queda expedita una reelección, la que sería la primera bajo dicha norma suprema.

Tudela señaló que el problema de la reelección boliviana no es legal, sino político. Legalmente todo está en orden; la Constitución establece reglas de competencia política entre partidos, como lo hacen las reglas del ajedrez o el futbol entre los jugadores. Esas reglas son neutras, pero como lo político no es un juego ni es neutro y es lo que funda el orden jurídico, el “socialismo del Siglo XXI” cambia las reglas para permanecer en el poder. Entonces, aquí el verdadero problema es que uno de los jugadores tiene una visión antagónica y existencialmente irreconciliable sobre la razón de ser de la competencia política, y, por consiguiente, del “juego” democrático.

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Para el “Socialismo del Siglo XXI”, la palabra “democracia” significa el gobierno indefinido de un estado con masas movilizadas y un estado con poderes irrestrictos para redistribuir bienes tanto públicos como privados. Para los liberales, “democracia” significa un estado restringido por un máximo de libertades personales y económicas. Para los tradicionalistas, “democracia” significa un estado relativista, desprovisto de moral objetiva. Y así sucesivamente, según las distintas ideologías políticas.

Tudela señaló que si bien las discusiones legales forman parte de la política, la ideología es la moral de cada grupo en pugna y es superior a lo jurídico. La moral política del “Socialismo del Siglo XXI” es totalitaria y antagónica a las otras, buscando sacarlas del “juego “democrático. Es por esta razón que la reelección de Evo Morales representa un gran peligro, pues conduce a una revolución demagógica y totalitaria a través de las urnas.

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