No podemos servir a dos amos al mismo tiempo.

Francisco Tudela Van Breugel-Douglas,  alejado desde hace 12 años de la actividad política, está sustraído por los libros de geopolítica y relaciones exteriores. Quizá por ello analiza temas como los del impasse ocurrido tras el impedimento de arribo del navío de guerra HMS Montrose, de bandera británica, con una mirada de largo plazo para el frente externo, pero de corto en el ámbito local.

El embajador Francisco Tudela, excanciller de la República, analiza el impase diplomático con el Reino Unido pensando en el futuro, y afirma que este hecho desliza la posibilidad de sucesos más críticos en el frente interno que en el externo.

Considera que la nota diplomática en la que el Reino Unido se expresa en términos duros contra la Cancillería peruana no pasará de ser un incidente menor en el tiempo. Sin embargo, este caso ha revelado que el Ejecutivo, según Tudela, le ha mentido al Congreso, un hecho que no ha provocado ningún reclamo por parte del Legislativo. Eso, para Tudela, resulta sumamente peligroso.

-Tras la nota diplomática del Reino Unido, en la que califican al Perú de tener una actitud ‘poco amistosa’, ¿cómo quedan las relaciones con este país?

-Las relaciones con el Reino Unido han sufrido un impasse, pero tampoco se debe sobredimensionar. Lo que sí ha sucedido es que esto se inscribe dentro de una larga lista de incidentes, desde los ochenta hasta la fecha, que, en alguna medida, mellan el prestigio internacional del Perú. Más importante que un incidente particular, es la suma de pequeños hechos, que dan una imagen equivocada del país.

-¿Y cuáles son esos hechos que se suman a la última nota diplomática?

-El hecho de que la aerolínea de bandera británica (British Airways) no haya regresado al Perú desde 1982 (año en el que el Perú apoyó a la Argentina en la guerra por Las Malvinas) -pero sí opere en Buenos Aires-, que la Agregaduría Militar Británica haya sido retirada del Perú, o que el Consulado Británico en Lima no entregue las visas directamente sino que las reenvíen a su Consulado en Nueva York, sumado a que el Consejo Británico sea prácticamente un número telefónico en el Consulado Británico, significa que, desde aquel año, hemos hecho poco por restablecer un vínculo diplomático en beneficio del libre tránsito y tratamiento de los ciudadanos peruanos.

-Es decir, hemos potenciado las relaciones internacionales en el aspecto comercial, pero no en el diplomático

-Correcto. El maltrato a los peruanos respecto al libre tránsito dentro de la Unión Europea, es consecuencia de un cúmulo de impasses. No podemos seguir dándonos el lujo de tener más impasses. Es un error grave autorizar legislativamente el ingreso de un navío de una nación extranjera, y luego revocar esa autorización. No es un tema de forma, es cosa de fondo. Es un Estado que toma una decisión, pero resulta que esa decisión no es correcta. Eso no es serio.

-¿Cuál es el error, impedir la visita del navío -por razones ideológicas- o aplazar la llegada del navío, invocando motivos históricos?

-No, el error ha sido no decirle frontalmente lo que se quería hacer al vicecanciller británico en la reserva de la conversación privada. Si se le hubiera dicho a los funcionarios británicos, “vamos a apoyar la posición argentina respecto a Las Malvinas y no consideramos conveniente, dadas las de la fragata, lo trata con franqueza, de tal modo que el vicecanciller británico hace declaraciones indicando que comprende la posición chilena.

-¿Cuál es la diferencia?

-La franqueza, el no tenerle miedo a los vice cancilleres, y decir frontalmente lo que uno quiere. Creer que la diplomacia implica un lenguaje barroco, en el que a través de una serie de frases y circunloquios, uno cree que el otro ha sobre entendido lo que uno quiere, es un error. Es la peor diplomacia. Ese, por desgracia, es el caso del canciller Rafael Roncagliolo.

-¿El canciller Roncagliolo no comprendió bien los términos de Unasur o acabó con sesgo ideológico, apelando a una visión anticolonialista anacrónica?

-No puedo juzgarlo. Todavía no se ha explicado cómo se tomó esta decisión. No se sabe si ha sido solo decisión del canciller Rocangliolo, o ha tenido que ver el presidente. Si ha habido un tema ideológico detrás, no lo sé, de hacer un circunstancias, que el buque recale en el Perú”, hubieran entendido, y no hubiéramos tenido este incidente tan penoso. Es un problema de falta de  franqueza.
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Con miras a superar el impasse el canciller Rafael Roncagliolo se reunió en el Palacio de Torre Tagle con Jeremy Browne ministro de Estado para América Latina del Reino Unido.

-Pero a Chile, que ha tenido una actitud similar, no se le critica, ¿por qué al Perú sí?

-Una cosa es impedir el arribo de barcos con bandera de Las Malvinas, y otra distinta es impedir la llegada de barcos con bandera británica. Cuando la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) plantea no recibir buques de bandera de Las Malvinas en los puertos de los países miembros (como Perú y Chile), se refiere a un tema de rechazo a Las Malvinas, no contra el Reino Unido. Buenos Aires está repleto de buques de bandera británica cargando carne, soya o trigo. Ahora, cuando la cancillería chilena trata el tema desplante de última hora, estaríamos frente a una actitud desafortunada, porque la época para eso ya pasó, en un mundo de relaciones libres, en las que la guerra fría quedó atrás hace 20 años.

-En general, ¿considera que las relaciones exteriores se están ‘manejando con sesgo ideológico?

-Tengo la impresión de que sí. Lo indican las visitas a Cuba y el apoyo irrestricto a  la tesis argentina respecto a Las Malvinas en un momento de mucha necesidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con una inflación de 25%, con graves problemas con el Mercosur, por haber subido sus aranceles, afectando el comercio entre Argentina y la región.

-¿Cristina Femández está utilizando Las Malvinas políticamente, tal como lo hizo la junta militar argentina?

-Haber resucitado el tema de Las Malvinas, en este contexto, independiente­mente de que sea el aniversario 30, es un tema de política interna. Es exactamente, como dice, hacer lo que hizo la junta militar al mando del general Leopoldo Galtieri en 1982. Para lograr una cohesión internase busca una crisis externa. En ese sentido, el Perú, revocó una decisión del Congreso, convirtiendo este conflicto en un tema de política interna. Un país no puede empujar a terceros países a hacer cosas que los perjudican. Argentina no ha recibido dos comunicados de la Embajada Británica, los ha recibido el Perú. Podemos solidarizarnos, pero para eso existen instancias, como Naciones Unidas.

-¿Qué va a pasar ahora con las relaciones entre el Reino Unido y el Perú?

-Nada. La decisión de pos­tergar el arribo de la fragata HMS Montrose no es grave desde el punto de vista de si llega o no, lo más grave es el efecto dentro de la política interna, desde la autoridad del Congreso, al que no se le dijo la verdad. Se le dijo que la decisión fue tomada en el marco de Unasur, pero si uno lee el texto, la prohibición solo se circunscribe a los buques de bandera de Las Malvinas. Se le ha mentido al Congreso. Pero lo más grave es que a ningún político le importa. La mentira no está socialmente condenada por nuestra clase política.

“Se le dijo al Congreso que la decisión fue tomada en el marco de UNASUR, pero si uno lee el texto, la prohibición se circunscribe a los buques de bandera de las Malvinas. Se le ha mentido al Congreso” .

-¿Unasur es un tratado anacrónico?

-Es una repetición. Desde la reunión de Punta del Este, donde fue Fernando Belaunde, hasta hoy, se han abordado una serie de fórmulas de integración, con distintos nombres, pero no se ha llegado a nada. En los sesenta, América Latina quería tener un arancel externo común. En el setenta surgió la Comunidad Andina de Naciones, que buscaba una zona de libre comercio dentro del continente. Para los ochenta nace el Mercosur. Años más tarde se creo el Grupo de Río, pero con un sesgo más ideológico. Con los años este se reemplaza con Unasur, pero ¿con qué objetivo? Más allá de la retórica y la ideología, esta unión no conduce a ninguna parte. La Unión Europea se forja durante los sesenta, y alcanza el arancel externo común en 1992. En el siglo XXI, con una gran crisis encima, buscan unirse más, porque sus objetivos comunes no han variado. Nosotros, como continente, no tenemos ni hemos alcanzado ningún objetivo.

-¿Pero tratados como la Alianza del Pacífico no le dan cierto equilibrio a las relaciones internacionales?

-Se ha llegado a un punto de equilibrio, a medida que la realidad económica del Perú ha develado un espíritu mesurado en el nuevo gobierno, que ha comprendido que la Alianza del Pacífico es importante para mantener el desarrollo de los últimos 22 años. Pero va a llegar un momento en el que no se va a poder servir a dos amos al mismo tiempo. Y no amos en el sentido de personas, sino de ideologías, una con la América Latina bolivariana, y la otra más democrática. Uno no puede ser regido por dos ideas contradictorias. Allí habrá que escoger.

-¿Cómo se deben definir las relaciones exteriores, mirando al pasado o imaginando el futuro?

-El pasado es una suma de experiencias que deben servir para no repetir los errores. Pero, estando en el siglo XXI, tenemos que comprender que el mundo se ha transformado. No podemos invocar argumentos ideológicos para un incidente como el que ha ocurrido. Eso es anacrónico. Los conflictos deben resolverse en el marco de Naciones Unidas. Hablar de desplantes, de actitudes intem­pestivas de último momento, son cosas que están en el espíritu del siglo pasado, pero no en el sentido de un mundo globalizado.

-¿La Cancillería se ha quedado en la Gran Transformación y no asimila la Hoja de Ruta?

-Quien necesita una gran transforma­ción es la Cancillería, que ha descansado sobre sus laureles, sin renovarse como una fuerza de acción del Estado en el exterior. La Cancillería requiere una autocrítica, un análisis introspectivo para por fin poder modernizarse. •

 Entrevista publicada en la Revista Cosas

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One Response to “ “No podemos servir a dos amos al mismo tiempo.”

  1. Edgar Berrios says:

    ¿Que cree usted que pasara cuando se vea el caso de los limites maritimos en la Corte Internacional y Peru no cuente con la ammistad de EEUU ni Gran Bretaña y tal vez hasta sus aliados en la Eurozona?