Si el Congreso claudica, hemos vacado a la democracia

Fue canciller en el segundo gobierno de Alberto Fujimori y vicepresidente en el fugaz tercer gobierno. Renunció para facilitar la transición. Desde entonces, estudia y analiza la marcha de la política, sobre todo la exterior. En la última elección apoyó a Hernando de Soto; en cuya bancada está su hija Adriana. Nos recibe en su casa, ante su biblioteca en la que se mezclan los pensadores de derecha que admira con los de izquierda, a los que lee para ‘entender al adversario’.

Francisco Tudela pasa revista a las señales de la política exterior del régimen y a lo que espera a Pedro Castillo cuando vuelva de gira. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / GEC).

Fernando Vivas

Columnista, cronista y redactor

fvivas@comercio.com.pe

Lima, 19 de septiembre de 2021Actualizado el 19/09/2021 09:51 p.m.

-La primera y única renuncia en el gabinete ha sido la del ex canciller Héctor Béjar. ¿Quiere decir que hasta para un gobierno radical como este, la política exterior es de sumo cuidado?

La impresión es que la política exterior es enormemente importante para este régimen y la idea es que se está produciendo un alineamiento con el Foro de Sao Paulo, la política exterior de Bolivia, Venezuela, la confluencia de Cuba y México. Esa confluencia implica la adopción de la tesis del multilateralismo y la multipolaridad que esgrime Rusia. Se ve en varios hechos. En lo fundamental, el cambio de canciller es indiferente.

-¿No cree que Óscar Maúrtua pudiera equilibrar esas presiones para alinearse con la tradición más prudente y neutral de la cancillería?

Es una cuestión de modales. En lo fundamental del discurso del presidente, veamos la instalación de un planta de vacunas Sputnik. No es para este año, es para el 2023, pero es lo que en diplomacia se llama una señal. Es decir en qué lado estamos. El reconocimiento de la República Saharaui es un tema enormemente controversial, es también una toma de posición, porque los únicos que han reconocido a esa república son México, Venezuela, un grupo de africanos, Argelia que es donde está y Corea del Norte.

-¿Enormemente controversial pero pequeño en consecuencias?

El Foro de Sao Paulo ha sacado un comunicado celebrando la decisión peruana y entra en una política en contradicción con Naciones Unidas, no solo con occidente, sino con Rusia y China que no han reconocido a esa república. ¿Qué hace el Perú metiéndose en ese lío y con políticas de reconocimiento?

-¿Qué efectos podría tener la decisión en Marruecos, que es el más afectado?

Tengo entendido que está evaluando la situación, si va a ser permanente y si vale la pena tomar medidas más asertivas. No es un tema inofensivo, es un tema complejo que sí afecta nuestras relaciones. Es una señal que el gobierno peruano lanza para decir ‘yo ahora estoy con los insurgentes negadores del sistema internacional como está establecido’.

-El multilateralismo, como lo explica, es en realidad un alineamiento con posiciones distintas a las que adhería la cancillería; pero hay también quienes reclaman multilateralismo desde la neutralidad, estar con todos y con ninguno en especial, no alinearse.

En este caso, matizaría eso. China es una gran potencia hoy, Rusia ha recuperado parte de su estatus, son ellos los proponentes de esta tesis del multilateralismo. Los temas tienen que discutirse en Naciones Unidas. en el consejo de seguridad, no pueden haber acciones unilaterales de los estados. Por más poderosos que sean, juntos no igualan el poder de EE.UU.; entonces es una estrategia para contrarrestar a los EE.UU. Invocar las teorías de Carlos García Bedoya en un contexto en el que la guerra fría ya no existe, cuando las potencias ya no se enfrentan por posiciones ideológicas sino por mercados; no se aplica en este contexto. Ya no hay primer y tercer mundo, eso se acabó. Ahora o se está con uno o se está con el otro.

-Venezuela sigue moviendo diferencias ideológicas que pesan. El Grupo de Lima está inactivo. ¿Le parece prudente, sin decir que se liquida, plegarse a las iniciativas del Grupo de Contacto y de México?

Es darle un tiro en la nuca al Grupo de Lima, porque las iniciativas del Grupo de Contacto son similares a las que José Luis Rodríguez Zapatero [ex presidente de España] llevó con los venezolanos a través de Cuba. La realidad es que el Grupo de Lima ha cumplido su ciclo, porque además el gobierno de EE.UU. ha cambiado, es del partido demócrata muy diferente al de Clinton y un poco más a la izquierda que el de Obama. El GL está en un estado de animación suspendida mientras la administración norteamericana mantenga las posiciones del presidente Biden; ha sido subsumido en otra aproximación diplomática que no era la proactiva y directa para conseguir la democratización de Venezuela.

-Castillo está en la cumbre de Celac. ¿Hubiera ido cualquier otro presidente peruano?

Hay algo importante que aclarar. El presidente Castillo no está haciendo un viaje a los EE.UU., eso es un error. Está haciendo un viaje a la Naciones Unidas y a sus organismos como el Banco Mundial y el FMI. Y a la OEA. A espacios multilaterales que están en Nueva York y en Washington, pero no representan una visita a los EE.UU. Todo este viaje es para organismos multilaterales latinoamericanos como la Cepal, Celac o la OEA; o internacionales como Naciones Unidas. Es entrar en contacto con la burocracia internacional.

Castillo se alineó con la tesis del multilateralismo en su primera intervención en la VI Cumbre de la Celac en México. (Foto: @SRE_mx)

-Siguiendo su argumento, ¿es un viaje para consagrar la tesis del multilateralismo interesado?

Consagra esa tesis, pero además hay dos multilateralismos, el de Naciones Unidas que es promocionado por China, Rusia, e Irán; y el multilateralismo de las Américas, de Celac y Cepal, promocionado por Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua. Eso muestra dos círculos concéntricos, hasta tres. El primero es el Perú, todos los partidos de izquierda y lo que voy a llamar una pugna entre pragmáticos y radicales.

-Hay una tradición. Que los presidentes peruanos vayan en su primer año de gobierno a dar un discurso en Naciones Unidas. ¿Qué debiera decir?

Creo que lo que debiera decir es que su posición es la de los pragmáticos y no la de los radicales, como fue el caso de Lula.

-¿Los pragmáticos son los moderados?

Los pragmáticos son los que no desmantelan el sistema, pero como diría en lenguaje sociológico, lo expolian; mientras los radicales son los que intervienen en el sistema económico, lo expropian, nacionalizan. Esta definición no es mía, es de Marta Harnecker a quien leo asiduamente para poder entender qué piensan.

-La chilena autora de manuales de materialismo dialéctico.

Y fue asesora de Hugo Chávez. Todos henos leído a Marta Harnecker. Tiene una publicación muy interesante del 2010 [”Inventando para no errar, América Latina y el socialismo del sXXI”]. Plantea ahí la nueva doctrina, que el proletariado ya no es un factor importante para el marxismo, sino las minorías, los colectivos. Entonces, la estrategia es concientizarlos y actuar a través de ellos. Y hace una división entre pragmáticos y radicales, se entusiasma más con los radicales.

-Son los que han aprendido con sus manuales.

Nunca hemos tenido en nuestra historia un gobierno tan a la izquierda como este. Velasco era una aproximación al nacionalismo socialista nasserista.

Tudela sostiene que en el gobierno hay una pugna entre pragmáticos y radicales, pero la ganan los segundos. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)

-¿Hemos llegado a los radicales sin pasar por los pragmáticos?

No hay nada más a la izquierda que el maoísmo. En teoría, estamos con los radicales, pero Pedro Castillo todavía tiene tiempo para pensar si le conviene al Perú estar con los radicales.

-¿Tiene posibilidad, capacidad personal, voluntad de romper su sociedad con los radicales?

Lamentablemente creo que no y la prueba es el desacato de íber Maraví frente al pedido de renuncia que le hace Guido Bellido. Pasa por encima del jefe de gabinete. Da una sensación muy extraña, de que hay un poder mayor que el gobierno, que un ministro de trabajo puede ser más poderoso que un presidente del consejo de ministros y eso solo puede ser posible con un poder mayor que dispone las cosas. Estamos en juegos distintos en el Perú. Gran parte de los medios, el Congreso, juega damas chinas; pero el gobierno y la parte de él que no vemos, juega ajedrez. Su idea es entrar en juego con los colectivos en las regiones, por eso el presupuesto de publicidad estatal, ahora se asigna en las regiones, hay campañas de concientización. No están interesados en el sistema económico, están pensando en una primera etapa, que es obtener la movilización de estos colectivos para lograr el objetivo central del Plan Bicentenario. Si uno lee cuidadosamente el plan, en lo que culmina es en la propuesta de asamblea constituyente y nueva constitución. Lo que se quiere es un corte limpio con lo que vamos a llamar la etapa liberal de la economía peruana.

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-¿No siente que adjudica mucho pensamiento y acción estratégica a quienes dan tantas muestras de improvisación e inconsistencia?

Es que no es solo el individuo. La vida política me ha enseñado a mi que nadie puede ser subestimado. Las personas no están solas. La gente quiere ver al presidente Castillo como un individuo desorientado que cuando muere Abimael Guzmán se va a Tacabamba a cantar y tocar guitarra con sus amigos. Pero no es así. Se va para escapar de la responsabilidad de tomar una decisión política que puede tener consecuencias no deseadas sobre su gobierno. Tomar una decisión sobre la disposición del cuerpo de Guzmán era imposible para ellos.

-Pero le correspondía al Congreso hacerlo, ¿o no?

Le correspondía al Ministerio Público porque la Constitución establece que el MP actúa en defensa y representación de la sociedad. Estaba plenamente facultado, sin decreto supremo ni ley interpretativa, para hacerlo. Lo que pasó es que frente a la deserción del gobierno, el MP se paralizó.

-Necesitaban un respaldo político para una decisión trascendente y lo han obtenido en el Congreso, ¿no?

La decisión no es vengativa. Desde 1944 empezó una discusión entre los aliados, EE.UU. Gran Bretaña, Rusia, sobre qué cosa iban a hacer con el liderazgo nazi que había hundido a Alemania en el fanatismo. Ya en el 46, cuando están condenados los líderes nazis, el comité aliado se reúne para ver qué hacer con los cuerpos, y llegan a la conclusión de que tienen que ser cremados para que no hayan santuarios, porque ellos van a iniciar un proceso de desnazificación de Alemania y eso es imposible si hay 12 o 15 santuarios de los grandes jerarcas del partido nazi. Y se decide cremarlos y dice la leyenda que los restos son tirados al río de Nuremberg, pero en realidad no se sabe. La decisión fue política. Es el mismo caso acá. Se ha hablado de ‘dessenderizar’ la política peruana y eso pasa porque no hayan santuarios.

-Tenemos la experiencia del mausoleo en un cementerio de Comas.

Obedece a lo mismo. ¿Qué es lo importante ver acá? Que las autoridades, sean los aliados en Alemania, el presidente de EE.UU. en el caso de Osama Bin Laden, las autoridades peruanas acá; toman esa decisión no por la persona, sino para combatir la ideología.

-Quitarle símbolos.

Esa es la decisión que los congresistas de Perú Libre no han querido tomar.

-Entonces, ¿cree que Castillo se debe más a los radicales y no solo a los de Perú Libre sino a otro entorno suyo, el magisterial? Maraví no es de Perú Libre.

La fuerza de Maraví dentro del gabinete es la prueba de eso. Sendero Luminoso, perdida la etapa de asalto del estado, se reconvierte a través del Movadef y de una sección del sindicalismo magisterial, adopta otras formas para otro tipo de luchas. Ningún estado como lo imaginaban los de Sendero puede existir en el mundo sino es reconocido por una comunidad de estados de pensamiento similar. Esto lo conversé largo con Néstor Cerpa Cartolini [cabecilla emerretista de la toma de rehenes entre cuyas víctimas estuvo el entonces canciller Tudela] y era perfectamente consciente de que era una acción desesperada. Era consciente de que había terminado la etapa en la que podía tener éxito. La reconversión de Sendero ha sido muy difícil porque mantiene un culto a la violencia, eso se ve en los tuits de Bellido con las fotos de armamento.

-¿La realidad y la seducción del poder puede volver pragmáticos a los radicales?

Son cambios estratégicos para poder sobrevivir.

-Mire como apuestan a la minería.

Esa es la hipótesis que parece correcta. Pero quiero saber que va a pasar cuando el presidente Castillo hable con la señora Alicia Bárcena de la Cepal, qué va a ocurrir con el ambientalismo después de eso.

-¿La oposición en el Congreso está a actuando con más inteligencia que los congresos anteriores? ¿Por ejemplo, al investir a Bellido?

Es difícil responder eso. Yo no hubiera votado a favor de investir a Bellido. Tarde o temprano, más temprano que tarde, el Congreso va a verse confrontado a propuestas que simplemente no va a poder aceptar. Esta historia de que hay que preservar la bala de plata, tiene un límite. Hay dos balas de plata y el Congreso tiene esas balas sobretodo para el tema de la asamblea constituyente. Ahora, si el congreso claudica, entonces hemos vacado la democracia peruana.

-Más audaz que disparar las balas de plata, es un proceso de vacancia. ¿Lo ve en el mediano plazo?

No, creo que no hay los votos. Hay muchos intereses diferentes en las bancadas. Hay bancadas que no votarían por la vacancia, a menos que haya una transgresión inconstitucional.

-A la vacancia seguiría una presidencia de Dina Boluarte, que se está construyendo su propia imagen.

A pesar de que no debería estar ahí, porque no cumplió la ley para estar ahí. Debió renunciar 90 días antes. No era una empleada de ventanilla que ponía el sello, era una gerenta. Estando ellos en el poder, da la impresión que es un tema que ya nadie quiere tocar.

-A propósito de cargos, hay dos nombramientos para embajadas, Richard Rojas a Panamá y Carina Palacios a Bolivia. ¿Qué le parece que alguien no diplomático vaya a la delicada embajada de Bolivia?

Bueno, es una embajadora política, y hay una gran sinergia entre Evo Morales y Vladimir Cerrón y PL en general. Hay un gran interés en el gobierno peruano y las visitas de Morales lo demuestran. Naturalmente, esta debe ser una persona de confianza para el partido y por eso la mandan a Bolivia. En el caso de Panamá, o es un premio o no hay que olvidarse que es un paraíso fiscal.

-Rojas es de Perú Libre y Castillo pudiera preferir tenerlo lejos.

La sinergia del partido, o del partido de Verónika Mendoza, y de la izquierda elegante llamada caviar; es imposible saberla. Que hay una pelea entre pragmáticos y radicales, la hay; pero me da la impresión que los radicales son más fuertes.

-¿Hay un radical en la cabeza de Castillo?

Sí, su tipo ideal es ser radical.

-En la oposición de derecha, ¿hay equivalentes de radicalismo y pragmatismo?

Yo, en lo personal, pienso que no hay una derecha ideológica en el Perú. Cuando uno ve el Partido Demócrata y el Republicano sí tienen un equipo de pensadores desde el pasado, gente de peso como Russell Kirk o William Buckley. El Perú no tiene ese tipo de derecha ideológica.

-¿No hay un equivalente a la ‘creación heroica sin calco ni copia’, de la que habló Mariátegui?

Cuando hubo un pensamiento de derecha en los años 30 fue en otro contexto y con otro concepto. Fue una época en que la derecha estaba cercana al nacionalismo, la defensa de la hispanidad era importante. Entonces, pensadores liberales como Francisco García Calderón, socialcristianos o católicos como Víctor Andrés Belaunde o Riva Agüero; no estaban en un contexto como el actual donde los retos son otros, los mercados, la globalización, la democracia representativa opuesta al populismo. Todos estos elementos son importantes en los EE.UU. cuando se plantea un populismo liberal contra una élite que los asesores de Trump veían mercantilista. Pero, en el caso peruano, el populista es Pedro Castillo; todo el discurso de su campaña es populista, contraponiendo el mundo andino al mundo costeño del establishment. El populismo es un instrumento y tiene distintas manifestaciones. Veamos a la derecha peruana, no es una derecha.

-¿Qué es, por favor?

Un grupo de gente pragmática que quiere conservar sus propiedades y sus negocios y tienen razón. Instintivamente están a la derecha pero no son conscientes ideológicamente. Hay personas que han leído la derecha contemporánea, a Buckley, a Hayek, a Von Mises. La derecha pragmática no tiene interés en debatir sino en sobrevivir. Chile sí la tiene [una derecha ideológica], Colombia la tiene, depende de los países.

-¿Tiene algún proyecto de volver a la política?

Apoyar, pero no regresar. Apoyé a Hernando de Soto porque me pareció que su tesis central de generalizar la propiedad privada, de incorporar a sectores que no eran reconocidos al mundo de la formalidad a través de un proceso de reconocimiento de sus bienes, era tremendamente importante y decisivo desde el punto de vista filosófico.

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